lunes, 11 de octubre de 2010

Decisiones

Mientras, Sir Draven regresaba cabizbajo de su larga y dura entrevista con el rey Gilliot. Con mucha dificultad, había conseguido la libertad del caballero oscuro, Vernon y los demás. Pero ni toda la palabrería del mundo ni todas las buenas razones ni todos los argumentos habían conseguido hacer cambiar de opinión al rey. Jamás aprobaría la guerra. No creía en causa alguna ya encabezaba por humanos y no había más que hablar.
-          No estés así. Al menos, estamos libres. Y todo gracias a ti – dijo Vernon, rompiendo el incomodo silencio.
-          Tiene razón- dijo Susan – yo pensé que nos matarían.
-          Pero no he conseguido que se nos unan contra Cecil. Y puede que no consigamos ganar esta guerra sin ayuda.
-          Las guerras nunca se ganan, amigo. – dijo el caballero – Solo hay vencidos. – hizo una pausa como  reflexivo – El rey tiene que pensar en lo que es mejor para su pueblo. Y mandarlos a morir no es lo mejor.
-          Mantenerse neutrales o indiferentes tampoco les ayudará - murmuro Azriel.
-          Tal vez. Pero tampoco se equivocan al eludir la guerra. Estas criaturas apenas conocían el significado de las palabras guerra, discordia, maldad hasta que se cruzaron con los hombres… quizás fuese mejor para este planeta que desapareciésemos…
-          De todas formas, hemos de hablar un momento del partido que hemos de tomar de aquí en adelante. – dijo Vernon – Os he metido en una guerra que no os incumbe, Erik, Susan. Y os pido perdón por haber sido tan egoísta. En el fondo no quería afrontar esta situación solo… Pero el rey Gilliot tenía razón cuando dijo que podríamos sacado ya de aquí hace días. Y creo que es el momento de hacerlo
-          Pero queremos ayudar. Vosotros habéis hecho tanto por nosotros, que no podemos irnos así como así.
-          Ese no es el punto. – cortó el caballero oscuro – si vuestro pariente…
-          Mi padre – aclaro Susan
-          Eso, si tu padre estaba tan enfermo como para necesitar algo tan raro como el Esna, no podéis perder más tiempo del que habéis perdido ya. En su nombre, os ordeno que os marchéis y volváis a su lado. Si seguís con nosotros hacía esta guerra sin sentido no solo no podremos garantizar vuestro regreso, si no que puede que cuando este se produzca sea demasiado tarde. Volved, o todo esto habrá sido en balde. Por tu padre, os suplico que volváis a casa cuanto antes. Azriel, saca el pergamino que te di.
-          Toma…
-          No me lo des. Recítalo amarrándoles fuertemente. Quiero que les acompañes.
-          ¿Por qué? Yo quiero ir contigo.
-          Primero, necesitaran alguien que les acompañe. Si algo me han enseñado estos años, es que tener a alguien dispuesto a luchar por ti, es lo más valioso que uno puede tener. Segundo, tu les encontraste, justo es que acabes tu misión devolviéndoles sanos y salvos. Y tercero, si morimos en esta absurda guerra…
-          ¿¿¿Qué???
-          Si morimos en esta absurda guerra, al menos sobrevivirá alguno de nosotros para proteger estos lugares.
-          ¿No lo dirás en serio?
-          ¿Tengo pinta de estar de guasa?
-          Pero…
-          Te lo pido por favor… Te lo suplico
Azriel agarro con una mano a Erik y otra a Susan. Luchando por contener sus lágrimas ante la posibilidad de no volver a ver nunca más a su amigo pronunció entre sollozos unas incomprensibles palabras. En unos segundos, en donde estaban solo quedaban unas lágrimas mojando la tierra. Tanto Azriel como Erik y Susan habían desaparecido.

0 comentarios:

Publicar un comentario