martes, 28 de septiembre de 2010

Una alianza inesperada

Al darse la vuelta, el caballero se encontró frente a frente con Cecil, y por detrás, se extendía su pequeño ejército.
- Por lo que veo, la tuya no se queda atrás... -
- Caballero, es usted la ultima persona a la que esperaba ver por estas tierras... - Dijo Cecil haciendo una reverencia burlesca.
- Yo en cambio, en cuanto oí las palabras guerra y carroñeros tuve la certeza de que no andarías lejos-
Azriel había vivido montones de peleas al lado del caballero, en cambio esta era la primera vez que observaba en el rostro de este, tal grado de aprensión hacia un rival.
- Querido caballero, no sé que haces aquí, pero con el simple hecho de pisar mis tierras, me estorbas, así que, siento tener que prescindir de ti... -
Las palabras "mis tierras" martilleaban la cabeza de Vernon.
Cecil y sus diez hombres se pusieron en posición de ataque.
Por detrás del Caballero se colocaron sus compañeros.
De repente, Susan apareció detrás de Erik acompañada de la vampiresa...  ambas estaban preparadas para la lucha...
Cecil evaluó la situación, podría ser que sus oponentes fuesen más de los esperados. Sus horribles criaturas esperaban sus órdenes. No quería confiarse. Podría vencer a la vampiresa, incluso al caballero y sus amigos por separado. Pero unidos... no lo tenía tan claro.
Así que uso un hechizo que nadie conocía, ni siquiera el caballero oscuro. El viento cambió su soplo. El ambiente tomó un aspecto lúgubre. Cientos de esqueletos emergían de las profundidades de la tierra, al oír el hechizo de Cecil.
No se podía decir que fuesen seres vivientes, pero parecían tomar espíritu de vida con la magia de Cecil...

Rodeados... Estaban rodeados... a diestra y siniestra, delante o detrás, allá donde posasen sus ojos se encontraban con una de esas criaturas...
la lucha era inminente...
Los esqueletos se lanzaron hacia sus victimas.
Armas desenfundadas, empezó la batalla.
Azriel blandía su espada salvajemente, cualquiera que se cruzase con su brillante filo, caía al suelo destrozado... pero en cuestión de segundos se vio rodeada. No daba abasto, sufriendo varios golpes en su minúsculo cuerpo, lo cual la hacia enfurecer y golpear con mas rabia a sus adversarios... pronto, al verla en serios apuros, Vernon se unió a ella.
Susan también estaba rodeada de esqueletos, y a su lado luchaba la vampiresa...
Aquello parecía imposible, cada vez que un esqueleto caía, otro emergía de las tierras...
De repente, una luz cegadora iluminó el claro del bosque...

Esa luz cegó a todos durante unos instantes... cuando pudieron ver, Susan levitaba, como poseída por una fuerza misteriosa... Susurraba unas palabras incomprensibles, que levantaron un viento extraño, que embestía con fuerza a los esqueletos, desmontándolos por completo. Cecil intento convocar un muro de protección, entonces Susan cambió de hechizo. En el cielo, se abrió un agujero negro, que iba absorbiendo uno a uno a las criaturas de Cecil. Viendo que morirían, Cecil, uso la magia del teletransporte para huir.
-Esto aún no ha acabado - dijo antes de desaparecer
Susan cayo al suelo, totalmente inconsciente. De repente, apareció el Espíritu del Bosque para aclarar lo que acababa de ocurrir.
-No sé que tiene esa chica, pero a través de ella, he podido sacar mi mejor magia...

El espíritu del bosque se acercó con sumo cuidado al cuerpo inconsciente de Susan.
Con suavidad poso su mano sobre su frente, recuperando esta el conocimiento poco a poco.
Cuando se incorporo cogió su arma con rapidez, asiéndola con fuerza... mirando hacia un lado y a otro pregunto:
- ¿Que ha pasado? ¿Dónde están las criaturas?-
El espíritu del bosque contó a Susan lo ocurrido.
- gracias por prestarnos tu ayuda- Dijo Erik a la vampiresa.
- Ha sido un enorme placer ver como esa rata huye con el rabo entre las piernas- Dijo la vampiresa con tono rencoroso.
El caballero se dirigió al grupo: -Bien, compañeros, debemos seguir nuestro camino, aun nos queda un trecho para llegar a nuestro destino-
Todos reanudaron el camino. Cuando llegaron a la salida que separaba el trozo de bosque en el que estaban, la vampiresa se detuvo.
- La espesura del bosque no deja pasar los rayos de sol, pero si salgo al camino, mi cuerpo no quedara muy diferente al de los esqueletos que acabamos de ver... -
Azriel sabia que la ayuda de la vampiresa era vital, no sabia lo que iba a ocurrir, y una mano amiga, nunca esta de mas, sobre todo si esa mano sabe manejar la espada.
- Hemos de cruzar como sea ese camino, lo que buscamos esta en esa dirección... - dijo Azriel intentando recordar algún camino alternativo.
- ¿Y que es eso tan importante que buscáis, que hasta hace que os enfrentéis con Cecil?-
- El Esna- Contesto escuetamente Azriel
- ¡¡¡¡El Esna!!!!
-¿Ocurre algo? - pregunto Vernon
-Oí a Cecil mandar tropas al bosque a por esa hierba. Seguramente, a estas alturas no quede nada allí y este toda en la ciudad. - dijo la vampiresa - Mando muchos guerreros hacia allí.
-Nada perdemos por acercarnos, siempre será mejor que atacar esa gran ciudad de Rangkok. Seria un suicidio intentar entrar. Además, nos alejamos demasiado ya para que el Espíritu del Bosque nos pueda proteger. -dijo el caballero oscuro
Sigilosamente, avanzaban ante los árboles, llegando hacia la zona donde tendría que estar el ESNA. Pero algo no cuadraba, no parecía haber rastro del enemigo... ¿Sería una emboscada?

Escondiéndose todo lo mejor que podían, siguieron avanzando.
- Mirad - dijo Azriel. -A lo largo del camino hay montones de huellas. Siguen en esa dirección.- añadió mientras señalaba con su dedo a un viejo sendero
El caballero se asomo con discreción entre la maleza.
- Esto me huele cada vez más a emboscada. Sacad vuestras armas e id con sumo cuidado.-
Por suerte, la maleza era espesa, y podían seguir avanzando pasando completamente desapercibidos.
Todos pararon de repente. Al fondo del camino donde se hallaban las huellas había una mala construcción de piedra. Un enorme portón de madera se levantaba justo en la mitad de dicha construcción, y en la puerta había una criatura enorme y horrible haciendo guardia.
Vernon, sorprendido, dijo: - Esa criatura esta dormida-
Se encontraba sentada, con la espalda apoyada sobre la puerta. En sus manos había una lanza enorme, pero efectivamente, estaba dormida.
La vampiresa fijó bien su vista. -Fijaos bien, en las suelas de sus zapatos hay Esna-
- Cierto-susurro el caballero. Sea lo que sea lo que estén haciendo con el Esna, lo guardan en esa fortificación...

-Ahora lo gracioso será entrar - dijo Vernon
-Te equivocas, amigo mío, lo difícil será salir, entrar es muy fácil - dijo el caballero oscuro - claro que antes no estaría mal si pudiésemos asegurarnos de que tienen el Esna allí... y de que Cecil no ha llegado antes
-Seguramente Cecil haya optado por transportarse a Rangkok, pero puedo intentar entrar yo, no sabrán que Cecil y yo somos enemigos aun... - dijo la vampiresa
-Es arriesgado, ¿y si lo saben?
-¿No hay algún truco que os permita haceros invisibles? - pregunto Susan
-No que yo sepa, oí de una capa que hace invisible, pero jamás la encontré - dijo el caballero...

El caballero quedo pensativo...
- Tengo una idea. Escuchad. Voy a acercarme al centinela, vosotros quedaos en la retaguardia. En el caso de que apareciesen mas bichos de esos, salid. Mantened vuestras armas desenvainadas... -
- Eso es muy arriesgado- Dijo Azriel
- En estos casos es necesario arriesgarse, querida. Pero no te preocupes, si todo sale bien, será hasta divertido- Dijo mientras guiñaba de esa forma tan particular su ojo.
Todos se pusieron en sus puestos.
El caballero se embadurno por completo en tierra. Sacó un pequeño odre de agua de uno de sus saquillos, y vertió un poco de esta en el suelo, formándose una capa de barro, la cual esparció por sus cabellos y su barba de varios días.
De otro de sus saquillos, saco un pequeño botecito de cristal, y tomo su contenido. En pocos segundos, su cara y sus manos cambiaron. Su aspecto ahora era el de una persona de ochenta años. Cubrió su cabeza y su cuerpo con su capa, que ahora era mugrienta, se encorvo y salio al camino. Los demás se miraban sorprendidos entre ellos.
- Esto va a ser interesante- susurro Azriel.
Cojeando, se acerco poco a poco al portón custodiado por el centinela.
- ¡Oh! ¡Dioses piadosos! ¿Que mal os ha hecho este pobre viejo loco? ¿Por qué me dejáis abandonado en estos caminos? ¡Perdido! ¡Lejos de mi humilde hogar!- gritaba el caballero con voz desagradable.
El centinela despertó rápidamente de su letargo y se puso en guardia.
- ¡Fuera de estas tierras, viejo infecto!- dijo la criatura con voz atronadora mientras lo apuntaba con su lanza.
- ¿Acaso, en un cuerpo tan grande como el vuestro, no cabe una pizca de bondad para dar algo de beber a este pobre moribundo?-
- Creo que ya has bebido demasiado, alimaña. Desaparece o serás la comida de mis hombres para hoy..
El caballero se adelanto hasta ponerse justo enfrente de la punta de la lanza. Levanto la mirada hacia la horrible criatura.
- Ten cuidado, pues no sabes el tiempo que llevo sin comer... quizás seas tú mi almuerzo para hoy...
Con un movimiento rápido, el caballero dio un salto en el aire colocándose justo detrás de su enemigo, asestándole un golpe por la espalda. La criatura cayo al suelo, pero se levanto rápidamente. Frente a él se encontró con la figura del joven caballero. El efecto de la poción había finalizado.
La criatura descargó su lanza contra el joven oponente, el cual la esquivo de un salto. Al caer al suelo, el caballero asió el mástil de la lanza dando una voltereta en el aire, golpeando con sus botas la cara de su contrincante.
La criatura quedo aturdida en el suelo y el caballero desenvaino su daga, pero esta se levanto y golpeo con fuerza sobre el pecho del joven, haciéndolo caer de espaldas.
Volvió a cargar con su lanza, pero el caballero la volvió a esquivar.
Volvió a golpear la cara de la criatura, esta vez con mas fuerza, quedando esta semiinconsciente.
- Esto no quedara así-
- No, eso se te hincha- dijo el caballero justo antes de hincarle la daga en el corazón.
EL joven se puso delante del cuerpo ya sin vida. Cerró sus ojos y extendió la palma de su mano.
- ¡Transmuto!-
Su cuerpo se envolvió en una espesa nube de humo. Al disolverse, apareció una figura exactamente igual a la de la criatura.
Escondió el cadáver y volvió a la espesura a reencontrarse con el grupo...
-Bueno, voy a entrar... con esta pinta no debería tener problemas - dijo el caballero
-Je, si no fuese porque te he visto transformarte, me lanzaría contra ti. - bromeo Vernon
-Esperad aquí, ahora vuelvo.
-¿No quieres que te acompañemos? - dijo Azriel
-Ahora llamaríais demasiado la atención - dijo cogiendo una gigantesca hacha.
En el bosque, los minutos pasaban lentamente esperando el regreso del caballero... volvió, cambio de forma y sonrió
-Por fin. Podemos volver

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