jueves, 23 de septiembre de 2010

Aparición

El camino era estrechísimo, entre eso, y la abundante maleza, avanzaban muy lentamente... Erik usaba su espada de mandoble para cortar arbustos, pero aun así, no parecía solucionar gran cosa... aun no habían llegado a la frontera, el viaje se hacia cada vez más y más largo, no veían la hora de llegar por fin a su destino
Erik y Susan continuaron su camino. Erik llevaba la espada de dos manos, y Susan la daga que les había entregado aquella extraña joven... ¿Qué sabían realmente de ella? Nada, sólo que por alguna razón les protegía, era su ángel particular. Antes de lo esperado llegaron al camino que la extraña les indicó...

El primero en entrar fue Erik. El camino estaba recubierto por una maleza tan sumamente espesa, que cuando el se introdujo, Susan no pudo verle.
-Fantástico- pensó Susan - De esta manera nadie podrá vernos y avanzaremos rápidamente hacia nuestro destino-
Mientras ella se introdujo en el camino, la extraña joven vigilaba los alrededores.
El camino era estrechísimo, entre eso, y la abundante maleza, avanzaban muy lentamente... Erik usaba su espada de mandoble para cortar arbustos, pero aun así, no parecía solucionar gran cosa... aun no habían llegado a la frontera, el viaje se hacia cada vez más y más largo, no veían la hora de llegar por fin a su destino...

Los brazos de Erik estaban cansados. Aunque estaba acostumbrado al trabajo de campo y su constitución era bastante fuerte, se sentía algo exhausto.
- Mejor deberíamos descansar. Es conveniente guardar fuerzas. Este camino es seguro, pero no sabemos lo que nos podemos encontrar a la salida- Dijo la joven encapuchada mirando con serenidad al fornido nuevo guerrero.
Los tres se sentaron en uno de los recodos y dejaron pasar un corto espacio de tiempo a fin de recuperar un poco el aliento.
- No queda mucho... a un par de recodos encontraremos la salida. Bebed un poco y descansemos- Dijo mientras sacaba un odre de debajo de su túnica.
- Esto es "Aquamelus". Los magos de mi poblado recogen las aguas de un manantial cercano a la aldea donde estamos asentados. Hierven miel y cuando queda liquida la vierten en el odre junto con el agua. Un solo trago, hace que tus fuerzas se regeneren al igual que si hubieses pasado una noche entera durmiendo...
El contenido del odre era muy dulce, y la verdad es que si les dio fuerzas... siguieron avanzando a través del camino hasta que al fin llegaron al final de él. A lo lejos una torre se alzaba, cercana a un bosque, al final de un camino que lo rodeaba.
-Es mejor seguir el camino y rodear el bosque, es muy peligroso. Esa de allí es la Torre Valeria, hogar del caballero oscuro. Pasaremos la noche allí

La maleza era menos densa, lo cual les sirvió de ayuda para avanzar algo más rápido.
Cuando el sol alcanzaba el ocaso vislumbraron la entrada de la torre.
Ensimismados, Erik y Susan miraron la sobriedad de la construcción. Mientras, la joven no paraba de mirar a los alrededores.
- Algo me dice que sois demasiado confiados-
Erik la miro con seriedad. -¿por que dices eso?-
- Os detenéis a mirar los alrededores como si estuvieseis al lado de vuestra aldea, y confiáis en todo-
-Durante todo el trayecto hemos sido lo más cautelosos que hemos podido- Dijo Susan algo malhumorada.
-Decidme, ¿cuanto llevamos de camino compartido? En todo este tiempo no habéis hecho ni una sola pregunta. No sabéis quien soy, ni tan siquiera os habéis preocupado en preguntar mi nombre. No sabéis nada de mí y en mi habéis depositado toda vuestra confianza -...
Es cierto - dijo Erik - hemos depositado nuestra confianza en ti sin conocerte si quiera. Pero tú nos salvaste dos veces ya sin conocernos también, ¿A que vienen esos reproches?
- Viene a que a partir de esta torre apenas tendréis amigos. Defenderos en todo momento, esa es la norma Si seguís así de confiados, no sobreviviréis. Si bajáis un segundo la guardia, estaréis perdidos.
- ¿Por qué nos dices eso? ¿Qué nos espera en la torre? ¿Y más allá? ¿Por qué te preocupas por nosotros?


- Hay leyendas que cuentan que hay muy poca gente que haya salido con vida o cuerdos de ella. Dentro de esta gran fortaleza hay pasadizos que te llevan a corredizos laberínticos... hay criaturas sobrenaturales de extremo poder que con un solo movimiento de un dedo te pueden cambiar de plano... -
Erik miro desmoralizado a la muchacha. -Jamás saldremos con vida de aquí. Estamos perdidos.-
La joven mostró una mueca de humor en su sonrisa -No necesariamente. Solo hay que elegir el camino adecuado-
La faz de la muchacha tornó a una sobria seriedad. -Susan, Erik, prosigamos nuestro camino, no hay tiempo que perder-
Susan abrió los ojos de par en par... -pero... ¿Cómo sabes nuestros nombres?-
La mueca de humor volvió a la cara de la muchacha -están bordados en vuestras mantas - dijo guiñándole un ojo...
-De todas maneras, puede que tengamos la ayuda del caballero oscuro para atravesarlo. Cuanto más avancemos, más peligroso es el camino, y casi nadie quedará para ayudarnos. ¿Qué es tan importante para qué arriesguéis vuestras vidas?
-Hemos de encontrar una medicina para mi padre - dijo Susan - Se muere...
-¿Qué medicina es?
Erik Dijo - Se llama ESNA
-¿Esna?... la conozco.-
Los ojos de la muchacha quedaron fijos en la nada. Parece que su recuerdo echo a volar al escuchar el nombre de la planta. El gesto triste de su cara dejó entrever una sonrisa amarga.
De repente volvió en sí.
-Sigamos, no hay tiempo que perder-
La joven cubrió su cabeza de nuevo con el azul sedoso de su manto, y Erik y Susan hicieron lo mismo con las capuchas de sus jubones.
Se adentraron en la torre de uno en uno, desapareciendo en la oscuridad de sus fauces...
Los pasillos eran estrechos, había murciélagos que revoloteaban alrededor. A pesar de lo penoso, estrecho, oscuro y laberíntico del camino, la mujer de capa azul, parecía conocerlo bien. A golpe de espada, ahuyentaban a las criaturas que aparecían: serpientes bicéfalas, bestias medio lobas... de repente, bien avanzado en el camino la tierra tembló tan fuertemente que dejo a los 3 tendidos, inconscientes. Una criatura enorme, una especie de coloso malformado, apareció tras el temblor, la cual avanzaba pesadamente hacia ellos.

Pero, antes de que pudiese llegar, una flecha le hirió en la espalda. Se giro, y otra le alcanzo en el brazo. Intentó invocar otro temblor de tierra, pues dominaba las magias de tierra, pero quedó convertido en hielo por una magia más poderosa.
La mujer del manto azul despertó, y lo primero que vio fue al autor de semejante hechizo:
-Caballero oscuro, siempre llegas a tiempo...

1 comentarios:

Raquel dijo...

Esto se está poniendo interesante!!!!

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