viernes, 24 de septiembre de 2010

Torre Valeria

Bajo los ropajes del caballero oscuro se escondía un no muy fornido pero fibroso cuerpo. Su mirada era penetrante, y en la pupila de sus ojos resplandecía una llama roja que, tras el ataque, se torno a destello azul.
Un atisbo de locura se reflejo en la sonrisa del personaje.
- Que grata sorpresa volver a verte por aquí- dijo el caballero oscuro con voz socarrona.
- ¿A que debemos el honor de su visita, Señorita Azriel?- Pregunto mientras miraba con curiosidad a Susan y Erik
-Acompaño a estos jóvenes, van en busca del ESNA.
Un destello de preocupación cruzó su cara una milésima de segundo, pero solo Azriel lo percibió.
-Bueno, será mejor salir de aquí - dijo el caballero oscuro - al otro lado podrán descansar en el campamento. Está bien, tenemos cocina, biblioteca, plaza, pozos, fuentes, armería... y por supuesto habitaciones. Os ayudare a planificar el resto del viaje, si puedo. Vamos, no creo que ese Titán tarde mucho en descongelarse, he de mejorar mi magia...
El caballero se quedó delante de los tres personajes, entorno sus ojos, extendió los brazos y susurro algo. Susan, Erik y Azriel sintieron como una suave brisa les subía desde las piernas hacia arriba. Al comenzar a andar, Susan se percato de que sus botas, al igual que las de los demás, no hacían ningún ruido.
Un poco mas alante, el caballero se detuvo, miro a su alrededor y con sumo cuidado poso su mano en una de los ladrillos de la construcción. El muro que tenían delante comenzó a evaporarse.
- Seguidme, conozco un atajo- dijo mientras guiñaba un ojo a Azriel.
El caballero oscuro se conocía la torre como la palma de su mano. Sin tener ningún altercado, llegaron al campamento.
- En aquella cabaña, podréis descansar placidamente. Una vez os hayáis acomodado, podéis ir a Miriadoc. Esta en aquella dirección. Es una mala construcción con un par de fogones. Daniel es una cocinera estupenda. Os llenara el buche con deliciosos manjares. Eso si... no pongáis faltas al lugar. Para ella es una posada. Y ella es su posadera- Dijo el caballero al matrimonio.
-Azriel, sígueme, te enseñare tu cabaña, y así hablaremos por el camino... Haces un gran trabajo, Azriel, les has defendido bien, ¿cómo los hallaste?
-Simplemente instinto. Percibí que eran buena gente, necesitada de ayuda. Además, pocos saben donde hallar ESNA, suerte que hay en el país de Willendorm. Solo he de guiarles bien y...
-Precisamente de eso te quería hablar. Hará un par de semanas que esa región sufrió un gran terremoto. No ha quedado piedra sobre piedra, y claro, ni rastro de ESNA allí...
Los ojos de Azriel se abrieron de par en par.
- ¿Me estas diciendo que todo el viaje ha sido en vano? Esta gente necesita el Esna, una vida depende de esta planta. Han puesto todas sus esperanzas en mi... y yo los estoy llevando a la nada...
- Bueno, quizás no lo tengas todo perdido... sé de una región en la que es posible que aun quede algo. Pero ese viaje es muy peligroso. Incluso seria peligroso para mí...
- Haré lo que sea por encontrar esa planta.
- Azriel, sé consecuente. Se trata de una región que ambos conocemos muy bien. Salimos de allí con vida, y reconoce, que fue por pura suerte. Aquella aventura casi nos mata.
Azriel sonrió al caballero. - tu y yo hacemos buen equipo, podríamos embarcarnos en esta misión los dos. Además, aquella vez éramos muy jóvenes, y no gozábamos de la experiencia que tenemos ahora.
El caballero mostró un gesto serio. Delante de Azriel, parecía tener una sobriedad inmensa, Su capa ondeaba al viento.
- ¿Que esta pasando por tu cabeza Azriel?, ¿Por que tienes tanto empeño en seguir alante con esto?...
No lo sé, es como una extraña fuerza me obligase a ello. Algo más fuerte que yo m dice que hemos de ayudarle. Aunque sea yo solo...
-Azriel, no te voy a abandonar, solo me sorprende tu maravillosa madurez. Buffffff debo estar loco, pero lo haremos juntos. Miremos en la ciudad, cojamos un mapa, y veamos que ruta seguir. Si, yo también percibo algo en ellos. No sé que es, pero juraría que son especiales. Pero pasemos la noche allí, y mañana veremos que ruta seguir, ¿de acuerdo?
- De acuerdo. Sabia que me ayudarías. Descansar nos vendrá bien. Ha sido un viaje largo y nos vendrá a todos bien recuperar fuerzas. Nos espera una jornada dura.
- Azriel... Es un viaje con demasiados peligros. Ellos no pueden venir con nosotros. Son campesinos, y no durarían vivos ni dos días. Si nos acompañan, serán un peso para nosotros, tendremos que cuidar nuestras vidas y las de ellos. Es mejor que se queden en la aldea-
- Yo opino lo mismo. Pero ellos son muy persistentes, no aceptaran no acompañarnos.-
El caballero volvió a dejar asomar su sonrisa caótica. - No es la primera vez que partimos a las luces del alba, sin que nadie se dé cuenta. Una simple nota nos bastara. No te preocupes, déjalo todo en mis manos. Daré órdenes a mis hombres de que Pase lo que pase, no deben abandonar el campamento.-
Azriel asintió y ambos se dirigieron de nuevo a la ciudad.
Tras la cena, y cuando todos fueron a dormir, Azriel y el caballero oscuro se fueron en busca del mapa. Después, se abastecieron de todo lo que les podría hacer falta para el camino.
- Antes de dormir, estudiare un par de conjuros que puede que nos hagan falta. Cuando las luces del alba aparezcan, debemos estar en el portón trasero. Descansa, dulce Azriel, te hará falta.-
Azriel, haciendo una reverencia a su amigo, dijo con tono de humor: - Que descanse usted, valeroso caballero.
Cada uno se dirigió a su cabaña...
Mientras el caballero oscuro estudiaba unos cuantos libros de magia a la luz del fuego, no podía dejar de pensar en las extrañas circunstancias del momento. Como habían luchado Erik y Susan para llegar hasta allí. ¿Realmente debían dejarles? Sabia que si, pues les retrasarían y seria un riesgo demasiado grande. Pero no estaba tranquilo, al igual que Azriel, percibía algo en la pareja. Pero no sabia qué, y eso le tenia intranquilo. Apenas lograba concentrarse en el estudio. ¿Qué era lo que tenían esos jóvenes? ¿Qué fuerza extraña jugaba por medio? Algo le decía que no debía fiarse de su razón, que debía llevarles
El reflejo del fuego bailaba en su cara. El calor lo adormilaba. De repente, tras la cortina de su cabaña, el caballero vio una silueta. Estaba plantada tras la puerta, inmóvil.
De un respingo, salto de la cama. Sus ojos se volvieron a poner rojizos, y de un solo manotazo, aparto la cortina.
Tras ella, se encontraba Erik.
- Me has asustado. ¿Que haces aquí?-
La luz del fuego ahora se reflejaba sobre la cara de Erik, haciendo de su faz casi una caricatura terrorífica.
- No podéis abandonarnos aquí. Debemos hacer el viaje junto-
- ¿qué?... querido amigo, ha de saber usted que espiar es de muy mala educación... -
- Ahí llevas razón, querido caballero. En mi familia nos enseñaron desde muy chicos conductas de buena educación. Por eso no espiamos a nadie.
- ¿De donde has sacado entonces ese dato?-
- Mañana, cuando despunte el alba, nos veremos en el portón trasero... Buenas noches.-
las palabras de Erik parecían rudas, pero en cambio su cara mostraba una serenidad extrema.
- ¿Que esta pasando aquí? No logro entender nada... - pensó el caballero
De repente, otra silueta se mostró delante de la cortina... El caballero la apartó cuidadosamente... y tras ella se encontró a Azriel. Su cara estaba pálida.
- ¿Azriel?... ¿que ocurre?-
- Erik ha estado en mi cabaña y... -
El caballero oscuro soltó un leve suspiro. Casi podía adivinar la respuesta. Al fin y al cabo, conocía a Azriel como a si mismo.
-Tú también lo sientes, ¿no es cierto?
Susan y Erik seguían enfadados, pero no sabían lo que decían ni podían seguir su conversación. Azriel simplemente contesto con un movimiento de cabeza afirmativo.
-Es una locura ir todos. Por suerte para vosotros, ambos lo seamos, al menos yo - es dijo sonriendo - ¿Estáis seguros de que queréis venir? Ni siquiera nosotros, con toda nuestra experiencia, tenemos claro sobrevivir.
Erik miro al caballero y, con voz suave dijo: -es mejor que nos vayamos a dormir ya. Mañana tendremos que partir temprano y esta conversación se esta alargando demasiado.-
Susan asintió con una sonrisa y ambos, en silencio, abandonaron la cabaña.
Azriel y el caballero se quedaron perplejos.
- Estos dos son una caja de sorpresas. Realmente estoy ansioso de empezar mañana nuestro viaje.-
Azriel aun no salía de su asombro. Miro a su compañero y, en silencio, salio también de la cabaña.
Se quedo pensativa.- ¿que esta pasando aquí? Está claro que ellos no son lo que esperábamos. Pero... si no son realmente quienes creíamos... ¿por que aun tengo esta sensación de confianza?...-
El aire silabeaba las palabras de un arcano hechizo. El sonido procedía de la cabaña del caballero. No era la primera vez que Azriel lo escuchaba.
-En fin... a partir de mañana los acontecimientos nos desvelaran estos secretos. Sigue memorizando amigo, siempre aciertas con exactitud a la hora de escoger tu magia - susurro en un tono de voz apenas audible...
La noche llego a su fin. Con las primeras luces del alba, Erik y Susan despertaron. Se sorprendieron al ver a Azriel despierta ya, buscaron con la mirada al caballero oscuro.
-No tardará en volver dijo Azriel – le gusta pensar antes de hacer un viaje largo. Los tres desayunaron tranquilamente. Al poco apareció el caballero oscuro.
Nuestro próximo destino debería ser el puerto de Korah Kirk – dijo como si nada –
debemos decidir si ir en barco o a pie.
-¿No podríamos usar alguna magia para viajar? – Pregunto Erik
-Ni siquiera el más poderoso de los magos puede teletransportar a más de tres personas a la vez – respondió –A pie el viaje es más lento, unos 10 o 12 días, pero más seguro. El punto más complicado es este – dijo señalando el mapa – la tierra de las amazonas. Por mar tardaríamos menos de 5 días, pero están los riesgos de naufragios. Bien, vosotros dos sois los principales interesados, debéis decidir por donde ir.
Erik, tras un no muy prolongado silencio dijo: - Bien, necesitamos la mayor premura. La única solución que veo es confiar en los dioses y usar los botes.-
Susan asintió dando la razón a su marido.
- Bien... entonces... Azriel, ve al embarcadero y di al viejo Bob que nos dé el mejor bote que tenga. Dile que vas de mi parte, así no te pondrá ningún impedimento. Susan, Erik, seguidme, necesitareis algo de protección-
- Poseemos las armas que nos dio Azriel- dijo Erik mostrándoselas al caballero.
- Veo que vuestra protectora hizo bien su trabajo. Os dio armas poderosas, pero un arma sin una cota de mallas... deja que desear. Seguidme, no tardaremos.-
Erik miro sonriendo al caballero. Se desabrocho los tres botones de su jubón y dejo mostrar una brillante cota de mallas. Susan hizo lo mismo.
El caballero les miro perplejo.
- Empiezan las sorpresas, tal y como esperaba. Pues bien, partamos pues-
los tres se dirigieron al embarcadero y allí se reunieron con Azriel.
El viejo Bob les había proporcionado un bote estupendo.
Los cuatro embarcaron en el bote.
- Esto va a ser mas interesante de lo que nos imaginábamos- dijo el caballero bajo una sonrisa que denotaba algo de humor sarcástico...
-¿No habría manera con tu magia de que controlar el viento o el agua para asegurarnos un buen viaje? - preguntó Erik
-No - aseguró el caballero oscuro - antes, cualquiera podía manejar cualquier magia elemental: tierra, aire, fuego y agua. Incluso con un poco de estudio otra clase de magias. Pero ahora solo los magos dominan lo suficiente... Bueno, eso al menos entre los humanos, el resto de criaturas ya no se. Embarcaron todos en el bote, pero antes de partir, el caballero bajo del bote - Ahora vuelvo - dijo
-¿Adonde vas? - preguntó Azriel
-Quiero mandarle un mensaje a un viejo amigo. Si puede esperarnos en Korah Kirk, será un refuerzo importante...


1 comentarios:

Valier dijo...

Bueno, primer intento de publicar via email... la imagen no quedo bien., asi que he tenido que editarla desde casita...

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